El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerive, afirmó hoy que temía que el balance por el potente sismo del martes en su país podría superar los 100.000 muertos.

El balance final podría ser "bien superior a 100.000" muertos, dijo Bellerive a la cadena CNN tras el terremoto de ayer.


Haití amaneció hoy tras el poderoso sismo de la noche ante una escena "inimaginable", formada por cadáveres en las calles y bajo los escombros que podrían alcanzar los miles, y por otros tantos heridos colapsando los hospitales que quedaban en pie.

"El parlamento se derrumbó. La oficina de rentas se derrumbó. Las escuelas se derrumbaron. Los hospitales también se derrumbaron", sostuvo el presidente haitiano René Préval al periódico estadounidense Miami Herald, agregando que estimaba los muertos en miles.

"Hay muchas escuelas con mucha gente muerta en su interior", añadió. El panorama de la capital con edificios en ruinas y cadáveres en las calles es "inimaginable", según narró el mandatario que junto a su mujer se salvó del desplome del palacio presidencial

"Camino por encima de cuerpos sin vida. Mucha gente se encuentra debajo de los edificios. El hospital general colapsó. Necesitamos apoyo. Necesitamos ayuda. Necesitamos ingenieros",
añadió la primera dama Elisabeth Préval, quien calificó la situación como una verdadera "catástrofe".

El embajador de Haití ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Dult Brutus declaró que el sismo en su país causó "decenas de miles de víctimas y pérdidas materiales considerables.

La comunidad internacional se movilizaba este miércoles para hacer llegar el auxilio a la Isla. El presidente de Estados Unidos Barack Obama prometió que la intervención de su país en Haití será "rápida, coordinada y enérgica" para salvar vidas y que la ayuda llegará en las próximas horas.

El secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon indicó en tanto que el sismo exige un serio esfuerzo de auxilio, agregando que se hará presente en el lugar "lo antes posible".

Testigos de la tragedia carentes de todo tipo de equipo de rescate hacen lo imposible para desenterrar a las víctimas del sismo atrapadas entre toneladas de concreto y hierro retorcidos.

Horas después del impacto del terremoto que provocó el derrumbe de los edificios más importantes de la capital, la noche del martes, el polvo cubría las ruinas de una ciudad irreconocible por la destrucción.

Atrás quedaba una noche de terror, donde cada tanto, los sobrevivientes debían correr asustados en búsqueda de refugio ante las réplicas del sismo. El Instituto Geofísico estadounidense (USGS) informó que 24 fuertes réplicas sacudieron el país, tras el sismo de 7 de magnitud. "La gente estuvo gritando y rezando toda la noche", indicó en el sitio de Twitter el Servicio de Ayuda de la Iglesia Católica.

Unas dos millones de personas viven en la densamente poblada capital de Haití, muchas de ellas apiladas en precarias viviendas en barrios marginales en las laderas de las montañas alrededor de la ciudad costera.

Apenas amaneció comenzaron los saqueos en este inestable país donde los cascos azules de la ONU intentan mantener la paz y el equilibrio desde 2004 por medio de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (MINUSTAH).

Precisamente la MINUSTAH, integrada por fuerzas de paz de 17 países y liderada por Brasil, reconoció varias muertes entre sus 11.000 contigentes, entre ellos once brasileños y un argentino.

La sede de las Naciones Unidas en Puerto Príncipe se desplomó, hay decenas de desaparecidos y cinco muertos de su personal reconocidos por el organismo. La UNESCO no tiene noticias desde anoche de sus 14 empleados.

Frank Williams, de la organización humanitaria World Vision, dijo que numerosas calles de la ciudad se encontraban bloqueadas por edificios abatidos. "Hay brigadas de socorro posicionadas en diferentes lugares del país, pero el desafío consiste en llevarlos donde los necesiten", observó.

Entre los varios edificios derrumbados quedó en ruinas el lujoso hotel Montana y unas 200 personas se encuentran atrapadas entre sus escombros.

Las comunicaciones se encuentran totalmente cortadas en un país donde la infraestructura es muy precaria. El envío de heridos a centros hospitalarios es casi imposible. Se han reportado saqueos. "El centro de Puerto Príncipe está destruido, es una verdadera catástrofe", declaró un habitante que marchó varios kilómetros para volver su domicilio en medio de escenas de pánico.

El temblor se sintió hasta en la vecina isla de Cuba. Haití, que detenta la renta per cápita más baja de toda América, con el 80% de sus casi nueve millones de habitantes en la
pobreza, se ha visto golpeado por una serie de tragedias en los últimos años, como el paso de varios huracanes en 2008 que dejaron cientos de muertos.

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